lunes, 31 de agosto de 2015

Sobre el poemario "Lo tan negro que respira el Universo" (Editorial Fridaura), de Ulises Paniagua. Por: Ángel Pérez Escorza.

La mística luz del poema

Ángel Pérez Escorza



“Aquí se intuye –en enfrentamiento-  nuestra dolosa rasposidad  contra la naturaleza del espíritu”
Ulises Paniagua Olivares


Años antes de conocer personalmente a este inquietante autor y sin saber a ciencia cierta de qué hablaba  el libro que tome entre mis manos cierto día en un pequeño establecimiento de ejemplares seminuevos en la Universidad, pregunte al  vendedor si me podía apartar el último de los tomos (quizá el único)  que figuraba con el título “Del amor y otras miserias” por lo cual, él con dudosa intención me dijo:
-Yo te lo puedo apartar, pero de mí no depende que alguien más sí tenga dinero para comprarlo.
Con gran desazón y como queriendo no soltar las páginas que hojeaba una y otra vez, se acercó una amiga y me pregunto:
-¿A ver, qué libro es?
Yo no hice más que ponerlo en sus manos y esperar  que el destino se encargara de hablar, y así fue.
Mi comadre (como solía decirle a mi compañera) con una gran sonrisa, saco un billete de su bolso y me dijo:
- Te lo invito compadrito.
Yo con excesiva felicidad disfrazada de intriga y gran pena, termine por aceptar el misterioso y estupendo regalo.
Este libro fue mi primer acercamiento  al hombre que tengo aquí a mi lado, el cual muy atinadamente nos dice en una breve nota:
“Arriesgo pues mis yerros y desatinos esperando que llenen la memoria y el gusto del lector estos primeros versos.”
Ulises muestra la incertidumbre que tiene todo poeta al saber si el trabajo de este primer libro poético formalmente publicado cuenta con los estándares de sensibilidad y precisión que requiere la creación de todo poema.
Ahora, ya pasados los años y con una notable trayectoria como cuentista, narrador, artista multidisciplinario y por supuesto poeta, Paniagua Olivares hace entrega  de su cuarto poemario “Lo tan negro que respira el Universo”

Un trabajo que habla de la transición y los sentires que se revelan en un juego entre el paroxismo místico y la realidad inasible en la que se ve envuelto este creador que como felino sigiloso da su zarpazo más fino y contundente en la evocación poética que según él nos dice: Va más allá de lo sangrientos pulmones / hinchados de metáforas, un verso que lo convierte en un incesante Sherlock Holmes en busca de los más pequeños detalles para escudriñar la naturaleza de sus propios versos, que transmutan en un feroz tigre blanco como él declara: Para internarlo en la entraña de la nieve, o bien para descubrir que: Así / desnudo / muy desnudo / salió a descubrir el mundo.
En este poemario encontramos el Ápeiron que se traduce en todo aquello que es infinito o indeterminado. Por lo cual, Ulises Paniagua nos hace una invitación a considerar al poema como algo que no se puede explicar pero que a la vez nos muestra todo. Un increíble acto de fe donde impera siempre la duda, pero jamás la búsqueda de la verdad.
Cita el novelista franco canadiense Yann Martel, en su libro “La vida de pi” una frase que comparto como una de las frases más certeras de nuestro tiempo:
 “La duda es útil, mantiene viva tu fe. Después de todo, no puedes conocer la fuerza de tu fe hasta que esta se ponga a prueba.”
Paniagua Olivares es el investigador poético, “El científico” que considera al poema como un átomo, como la parte más pequeña de la materia, pero que a su vez está constituida de otros componentes que no por el simple hecho de que no sean perceptibles, no quiere decir que no existan, “nada permanece invisible a la vista de quien gusta  mirar detenidamente”.
Nos dice en su libro “Lo tan negro que respira el Universo”
Quien busca la poesía en lo estático pierde su tiempo / La poesía es materia mística y profunda que requiere de luz, muerte, dolor y pasión, para perpetuar  el movimiento de lo que no sé conoce.
Una vez más Ulises Paniagua se derrama en versos que muestran la evidencia de una ardua labor de exploración y pasión por encontrar la mística luz del poema, por eso nos dice: Acerca de cosas tan oscuras escribo versos luminosos. No cabe duda que las letras siempre serán una razón de vida y convivencia con el universo, por lo tanto espero que este cuarto poemario no nos deje de sorprender  como aquel primer libro de poemas que leí hace algunos años.
Hago pues la invitación para conocer al poeta que no halla, pero si nubla su energía en la pregunta. El hombre que busca el algebraico testimonio de la poesía para lograr perderse en ella y así, como él, también lograr perdernos en la espesura de este magnífico y notable esfuerzo sensitivo que se respira en cada verso.


Ángel Pérez Escorza

Mineral del Monte, 2015





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